Ya no será nunca lo que fuera
El alma escarcha de espejo desbocado
Ya los libros curaron todas las heridas
Y la carne sigue ardiendo a pesar de la tormenta
Sin palabras
Rompe a llorar la tarde
Los ojos húmedos de estrellas
No deja huellas la tierra
en el corazón sin brillo de los hombres
Despierta el sueño
Cuerpo de insomnio, desnudo
En la distancia del recuerdo
la historia mira al azar, impenetrable
Se erige un Universo de amapolas,
Lánguido
Porque la noche ya no será nunca lo que fuera.
© José Camarena, La Mampara